domingo, 13 de diciembre de 2009

Vampiros y Rosquillas


“Brand, si vuelves a poner los colmillos en una de mis amigas, te los voy a arrancar y me voy a hacer un par de aros”.
Él no se estremeció ni se encogió de miedo. Sólo sonrió levemente. “Qué amenaza más interesante”.
“Hablo en serio”.
Él suspiró, levantó los pies y apoyó las botas sobre el escritorio. “Ya sabes…”, dijo cruzándose de brazos, “como cliente, me deberías tratar con más respeto. ¿Amenazas a tus otros clientes?”
“La mayoría de mis otros clientes no bebe sangre”. Ella se detuvo. “Espera. La mayoría de mis otros clientes sí bebe sangre, y puedo decir eso mismo de ti”.

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