domingo, 31 de octubre de 2010

Tentación


El rancho de su madrina, cerca de Abilene, habría sido el sitio perfecto para que Maggie escapara de las amenazas de su ex marido: perfecto de no ser por Gabe Coleman. Alto, ágil y esbelto, era tan grosero y sensual como ella le recordaba.
La fría formalidad de Coleman le ponía la carne de gallina. Y los helados ojos azules la observaban como los de un gato hambriento retándola a que viera lo que había en el fondo de su salvaje superficie. Maggie creía que su fallido matrimonio la había curado del deseo, pero las pasiones tormentosas de aquel hombre hicieron que concibiera esperanzas de amor.

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