En aquella cafetería cualquier cosa podía suceder…
Helen Rhodes estaba dispuesta a desafiar a Luke De Vries y su nueva y moderna cafetería, Hot Zone. ¿Qué importaba que Hot Zone ofreciera café hirviendo, jacuzzis y masajes para los clientes? El cibercafé de Helen era el mejor local en aquel peculiar barrio de Chicago, y estaba decidida a que siguiera siéndolo.
Luke estaba intrigado, y muy excitado, por su rival. Sólo quería hacer las paces con Helen, prepararle capuchinos cada mañana… y hacerle el amor cada noche. ¿Así de simple? No exactamente. Entre ellos dos ardía algo más que el café hirviendo. Algo demasiado excitante y adictivo como para dejarlo.
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